Culiacán, Sinaloa, a 09 de mayo de 2025.-Cada día se colocan el uniforme, se ajustan la fornitura y salen a enfrentar una realidad que exige firmeza, temple y entrega. Pero detrás de esa figura decidida, hay una madre que lucha por sus hijos con coraje y ternura, equilibrando la misión de servir con la más grande vocación: ser madre.
La Valentía Detrás del Uniforme: Nayeli Rivera García, Policía Primero
Mamá, Policía, Licenciada en Criminalística, con Maestría en Seguridad Pública y estudiante de Derecho, Nayeli Rivera García ha forjado una trayectoria de catorce años dentro de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán, alcanzando el grado de Policía Primero.
Actualmente lidera el Escuadrón Red Púrpura, conformado por jóvenes recientemente integrados a la corporación y encargados de vigilar los centros recreativos de la capital sinaloense. Su experiencia como madre le ha permitido entenderlos, guiarlos y ganarse un mote que la llena de orgullo: “madre”.
“Realmente me ven como una figura materna porque son jóvenes. He platicado mucho con ellos, trato de aconsejarlos para que hagan las cosas bien y sirvan a la sociedad con vocación, incluso muchos de ellos me dicen así: Madre”, expresa Nayeli con una sonrisa.


Una sonrisa que se desvanece por un instante al recordar los sacrificios que ha hecho como madre: los momentos en los que no pudo estar presente —festivales, cumpleaños, graduaciones— porque su deber la llamaba a proteger a otros.
“Como mamá y policía hay que ser valiente. Hay que dejar a tus hijos para cuidar a los demás. Ahora, mis hijos entienden que no siempre estuve, pero valió la pena. Ahí están, formados como profesionales, gracias a mi trabajo, a mi esfuerzo. No hay más que seguir adelante, porque esto nos gusta, y porque tenemos vocación”.
Como muchas de sus compañeras, Nayeli termina un turno en las filas de la policía y comienza otro, igual de exigente, en casa: el de ser mamá.
Doble Turno: Madres que Protegen Dentro y Fuera del Hogar
Britzia Rubí Arellano Angulo y Marilyn Janet Martínez Rodríguez, agentes de Tránsito, forman una sólida dupla de mujeres comprometidas, que día a día equilibran con valentía su labor como policías y su rol como madres.
Ambas parte de la Unidad de Vialidad y Tránsito del Municipio. Britzia, con 9 años de servicio, y Marilyn, con 5, combinan su vocación por la seguridad con la entrega que exige la maternidad. Terminan un turno en casa para comenzar otro a bordo de una patrulla, protegiendo a la ciudadanía.
Para Britzia, el inicio de la maternidad mientras ya formaba parte de la corporación fue un desafío. Entre turnos nocturnos y cuidados diarios, no se rindió. Llegó a ser responsable de la zona centro y, hoy, su esfuerzo tiene recompensa: su pequeño hijo, con apenas tres años, ya expresa admiración por su madre y el uniforme que porta.
“Él ya tiene tres años. Al principio fue muy pesado, desvelarme toda la noche y levantarme temprano para ir a trabajar. Pero ahora está creciendo, y siento que admira mi trabajo. Reconoce a los policías y dice con orgullo que su mamá es una de ellos. Todo ha valido la pena”, expresa Britzia con emoción, reflejo del carácter de una madre que vela por su familia y su municipio.
En el caso de Marilyn, su ingreso a la academia se dio siendo ya mamá. Consciente del sacrificio que implicaba la carrera, y con el apoyo de su madre, dejó a cargo a sus tres hijos para iniciar su formación.
Hoy, como Policía de Tránsito, reconoce que la experiencia materna ha sido clave para su labor diaria. Desde intervenir en accidentes hasta guiar a escolares en los cruces, su sensibilidad le permite establecer un trato más empático y cercano.
“Ser mamá te da más experiencia y tacto para tratar con personas de todas las edades, desde niños hasta adultos. No es una limitante, al contrario, me ha facilitado mi labor de protección”, afirma con convicción.
Las policías de la SSPyTM demuestran que la maternidad y el servicio público no están reñidos. Son ejemplo de coraje y vocación, mujeres que trabajan en doble turno para cuidar lo más valioso: la vida.