Por Antonio Velázquez Zárate
El mes de mayo nos traerá nuevos campeones de las llamadas Champions, la que se juega en el otro lado del planeta, a la que llamaremos, la buena y la que se juega en la zona norte-centro del continente americano, que rige la Concacaf, a la que llamaremos la chafa, por el enorme contraste en calidad comparada con la también llamada bendita champions.
Allá simple y sencillamente juegan los mejores futbolistas del mundo y por acá, bien lo sabemos los considerados de segunda clase para abajo, pero rumbo al primer mundial de clubes a efectuarse en Estados Unidos, no dejara de ser interesante e importante, que papel hará el que resulte campeón entre Cruz Azul y Vancuver, que le pasó por encima al equipo de Messi, el Inter de Miami, mientras que los cementeros, dejaron fuera a los Tigres, cuyo equipo sumó cinco partidos, sin anotar gol en calidad de visitante.
Ambos juegos, la verdad de muy pobre calidad. En relación con este duelo, escuchamos por ahí un comentario, que, si bien respetamos, no compartimos. No acostumbramos a ver programas de análisis, pero en un momento de hace un par de días buscando determinado juego, alcanzamos a escuchar: “Tigres, sin duda alguna, fue mucho mejor equipo que el Cruz Azul”….y etc., etc. Los cementeros, con un gol de ventaja, con un esquema de plantarse bien de media cancha para atrás, preparando contragolpes, tuvo tres oportunidades claras de gol, mientras que Tigres, realizó en todo el partido dos disparos a portería totalmente inofensivos para el guardameta azul. Cruz Azul pues, asumiendo los riesgos de ese tipo de táctica, fue mejor que su rival. Tener más la pelota, como lo hizo Tigres, no lo hizo mejor equipo; sin variantes y falta de ideas para ser profundos, fueron devorados por la estrategia de su rival. Así de sencillo.
Ahora, a estudiar al explosivo equipo de Vancuver y aprovechar el primero de junio, que se jugará en México, en la cancha de Ciudad Universitaria, sede elegida por la directiva de CONCACAF y será a un solo partido.
Y bueno, mención aparte los comentarios sobre la Champions del viejo mundo, porque tanto PSG-Arsenal como Barcelona-Inter de Milán, nos ofrecieron un par de espléndidos duelos, especialmente este último, cuyo empate a tres goles para nada fue bueno por el equipo Culé porque lo jugaron en su casa. Este duelo fue otro claro ejemplo de un equipo que, sin tener la pelota, logra anotar goles, incluso sin siquiera ser obra de jugadas con traslado de balón que pasa por varias piernas. Sus tres anotaciones fueron producto de acciones de táctica fija, de balón parado, como se dice también en este deporte. Los tres derivados de tiros de esquina y si bien por ahí hubo un gol producto de un remate de talón, nada que ver con los tres goles del Barcelona, destacando la participación de Yamil Yamal, un chamaco de 17 años que a estas alturas es sin duda uno de los mejores del mundo.
Los cules, han de estar trabajando en lo sucedido en las tres anotaciones que recibió, porque el Internacional de Milán, seguro no se saldrá del scrip, aun cuando podría de un poco más ofensivo por jugar en casa, pero con el riesgo de dejarle a los españoles muchos espacios lo que le facilitaría más llegar al área italiana.
En el otro frente el PSG se fue a casa con el marcador a favor, el Arsenal, estará obligado a ser más ofensivo, pero igual que el juego anterior, con el potencial del PSG al ataque, estaría jugando a la ruleta rusa.
La verdad, no nos imaginamos, no desearíamos ver una final entre ingleses e italianos, por sus estilos más tendientes a priorizar esquemas defensivos. Vaya semana que nos espera incluyendo mañana el duelo del desangelado pley in entre Monterrey y Pumas.
Nos vemos el lunes.