Proporcionado por Animal Político
Eliel tiene 11 años y en este ciclo escolar comenzará la secundaria. Sólo que ni él ni nadie imaginó que lo haría a distancia. Estará inscrito en una nueva escuela, aunque no sabrá cómo son sus salones. Tampoco podrá conocer a sus nuevos maestros ni compañeros porque sólo estará viendo una pantalla de televisión en su casa.
Patricia Matadamas, su madre, está agobiada no sólo por lo que significa la nueva etapa para su hijo sino porque aún no sabe cómo resolverá la ayuda pedagógica que requerirá, mientras ella y su esposo están retomando sus trabajos fuera de casa.
Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, anunciaron la estrategia del Gobierno Federal con la que impartirán educación en medio de la pandemia que de momento impide tener clases presenciales a 30 millones de alumnos en México.
El ciclo escolar comenzará el próximo 24 de agosto con clases a través de radio y televisión con el programa Aprende en casa II. Un reto no menor tomando en cuenta la desigualdad en el país y las complejidades entre las familias, pero que, según el presidente, se podrá afrontar gracias a la unión entre la televisión pública y privada para la enseñanza.
El gobierno Federal informó por la noche de este lunes que pagará 450 millones de pesos a las principales televisoras privadas del país por este servicio, como Televisa y Tv Azteca, cuyos dueños Emilio Azcárraga y Benjamín Salinas, respectivamente, acudieron a la conferencia del presidente para firmar el acuerdo.
Sin precisar cuánto le pagará a cada televisora, Presidencia informó que el gobierno pagará 15 pesos por cada alumno inscrito en nivel preescolar, primario, secundaria y bachillerato. Esto significarían pagar 450 millones de pesos por 30 millones de alumnos de agosto a diciembre, periodo que durará el ciclo escolar.
Sin embargo, aun asegurando que las clases podrán transmitirse por televisión, en el caso de Eliel, sus abuelos que se encargan de cuidar de él y su hermano de tres años mientras sus padres salen a trabajar, no podrían ser un soporte pedagógico para el aprendizaje con esta modalidad, mientras que sus padres aún no saben qué otras estrategias podrá aplicar su nueva escuela.
Y hasta el momento, la SEP tampoco ha hecho público alguna evaluación que confirme la efectividad pedagógica del programa Aprende en casa que se aplicó en marzo; es decir, no se sabe si los estudiantes realmente aprendieron.
“Cuando estuvo el semáforo en rojo sí pude ayudarlo, pero ahora de regreso al trabajo, ¿cómo voy a asegurarme que está viendo la tele, que haga sus actividades? Los abuelos no podrían ayudarlo. Además, antes, en sexto de primaria, ya conocía a su maestro y apoyaba, pero ahora mi hijo tendrá un desfase con nuevos maestros, materias, escuela”, dice Patricia.
En la conferencia vespertina que encabezó el secretario Moctezuma, horas después del lanzamiento de la estrategia, se preguntó respecto a este tema. Sin embargo, hasta el momento, la SEP no tiene prevista alguna acción para estas familias. “Estamos viendo, vamos a tener este fin de semana una propuesta para poder ver de qué manera se puede ayudar a las madres trabajadoras”, respondió.
Además, dijo, “a partir de las siete de la noche se van a repetir en los canales todos los programas de manera que habrá posibilidad también de estar viendo los programas en un horario más, digamos, cercano a la noche”.
La incertidumbre
Aprende en Casa fue la estrategia mediante la cual la SEP intentó resolver la suspensión de clases en marzo pasado a causa de la pandemia de coronavirus.
Pero la televisión no funcionó para todos como medio de enseñanza. En el caso de Patricia y su hijo más pequeño en preescolar fue prácticamente imposible lograr que el pequeño José se levantara a las 7 de la mañana a tomar clase frente a la televisión. Un horario que ni siquiera era el habitual en clases presenciales.
Mientras que para alumnos de primaria y secundaria, los maestros son el eje para afrontar este reto de la mejor manera, asegura Reyna Campuzano, profesora de primaria en Altamira, Tamaulipas. “Es imposible que sólo sea la televisión, se necesita retroalimentación, despejar dudas”, sentencia.
En su escuela los profesores utilizaron whatsapp para comunicarse con los padres, mandar tareas, resolver dudas y para calificar apelaron al “ingenio docente”. Pusieron mesabancos afuera del portón de la escuela y en determinada fecha y horario los padres debían dejar ahí los cuadernos de evidencia de sus actividades escolares, después los maestros los recogían y otros sólo mandaban fotos de sus tareas.
Sin embargo, no sabían que el próximo ciclo escolar continuaría bajo la modalidad de televisión, dice Reyna. Se enteraron igual que el resto de la población a través de la conferencia de prensa del presidente, pese a que los maestros deberían tener la información antes que el resto, puesto que serán ellos quienes lo apliquen.
De hecho, cuando se le mencionó esto al secretario de Educación en la conferencia de prensa, reviró que los maestros sí habían recibido la información. “Para eso es este programa, y para eso fue la reunión en la mañana, para eso están los números telefónicos, sí han recibido información y lo seguirán haciendo dentro de un mes”.
Los teléfonos a los que se refería el funcionario estuvieron saturados todo el día, dice Reyna, aunque anteriormente sólo contestaba una grabación sobre tres temas: acoso escolar, dudas sobre Aprende en Casa y apoyo psicológico. Pero las dudas en este momento es incluso, si podrían hacer uso de otras herramientas, o los contenidos que tendrán las clases en televisión, cosa que aún no les han indicado.
Saúl Pérez, profesor de primaria en la Ciudad de México, se dijo extrañado del anuncio de hoy, sobre todo porque hace 15 días le llegó la invitación para tomar una capacitación sobre “Google classroom”, la herramienta de la empresa de tecnología para dar clase a distancia.
“No hay claridad. Están oficializando el Aprende en casa, pero ni siquiera sabemos si nos van a dar autonomía para aplicar otras herramientas. De qué me sirve si me estoy capacitando en estas herramientas si no las voy a poder usar”, dice.
De hecho, la semana pasada la SEP impartió un curso intensivo para preparar el regreso a clases, pero sobre todo respecto a la nueva materia de Vida saludable, pero el miércoles se paró y las siguientes instrucciones llegarían “hasta nuevo aviso pero aún no sabemos qué sigue.
¿Realmente aprenden en televisión?
Luis Ramírez, director de secundaria en Zapopan Jalisco y entrenador de Google asegura que “no hay mucha base para decir si un alumno aprendió o no por medio de la televisión”, pero algo es cierto “siempre se necesita instrucción de un maestro pedagógicamente o estás sobre el agua”.
Los maestros y padres de familia necesitan claridad desde los horarios y sintonización de canales hasta recomendaciones básicas como las condiciones para tomar clase frente a una televisión en la sala donde “pasan todos” y existen elementos distractores permanentes, o cómo solventar el problema de tener sólo un equipo de televisión para varios niños en una misma casa.
Marco Antonio Fernández, investigador de México Evalúa y Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey, sostiene que la televisión no es una herramienta nueva en el sistema educativo mexicano, pero está demostrado que no ha sido eficaz con el modelo de telesecundaria, aún cuando ahí incluso hay un “facilitador”, es decir, un maestro que resuelve dudas. Sin embargo, “en los resultados de pruebas como Enlace y Planea, los de peor desempeño son los de telesecundarias”.
Por ejemplo, en los resultados de Planea 2017 para estudiantes de tercero de secundaria, 33% de los alumnos a nivel nacional tuvo resultados insuficientes en Lengua y Comunicación. Pero en escuelas privadas, sólo 10.6% consiguió ese resultado, y en telesecundarias la cifra subía a 48.8%.
En Matemáticas, el porcentaje de alumnos en nivel insuficiente estaba en 64.5% en el país; pero sólo 37% de quienes estudiaban en privadas tuvieron ese resultado, mientras que en telesecundaria se ubicó en ese nivel 69.9% de los alumnos.
La educación a través de la televisión podría “ensanchar” las desigualdades y veremos los efectos después de años, porque a diferencia de lo que ocurre con el sector salud, cuyas consecuencias se observan de manera inmediata, en el sector educativo se verá en “educaciones truncas o incompletas que a la larga no les permitirá incorporarse en el mundo laboral”, afirma Fernández.
Esto porque los padres que sí tienen recursos y formación académica apoyarán más efectivamente a sus hijos, les podrán acercar tutorías y tendrán clases a través de plataformas mientras que habrá padres que no podrán estar con sus hijos en casa. La educación a distancia estará ensanchando las desigualdades educativas”, dice el investigador.
Y también se tiene enfrente y sin respuesta “uno de los problemas mayúsculos que son las familias monoparentales, las mamás solteras. Eso va a complicar más la situación para este tipo de hogares”.
Al preguntarle al secretario Esteban Moctezuma sobre las mediciones que hubiesen hecho sobre el programa Aprende en casa y los hallazgos sobre la efectividad pedagógica, el funcionario respondió que preparará una presentación con los datos para los próximos días.