Para militares y policías en México.
Por Milenio
El oficial mayor de inteligencia militar del Ejército entre 2004 y 2008, el general Altimo, ofreció sus servicios a Ismael Zambada cuando supo que los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y Los Zetas se habían unido para asesinar a El Chapo Guzmán y al mismo Mayo Zambada.
Según lo dicho éste día por el testigo estrella, Vicente Zambada Niebla, el general buscó a El Mayo para decirle que en el Ejército «preferían la forma de trabajar del dueto Zambada- Guzmán Loera» y que por eso había acudido a avisarles. En ese instante El Mayo Zambada agradeció al general y le dio 50 mil dólares, cantidad que repitió cada mes mientras Altimo trabajó en la Sedena
En una corte de Brooklyn, durante el juicio de El Chapo Guzmán, El Vicentillo recordó que no era la primera vez que su padre sobornaba a un militar pues en 2001 el coronel Adams, jefe del Estado Mayor Presidencial con Vicente Fox, se reunió en la Ciudad de México con Ismael Zambada para establecer una alianza.
En juntas celebradas en el restaurante El Lago, del Bosque de Chapultepec, el coronel Adams o El Chicles para el cártel de Sinaloa, les informaba de operativos y ofrecía protección a cambio de sobornos.
Uno de los más famosos narcojuniors mexicanos y hoy testigo protegido del gobierno norteamericano, dijo que su papá «puso» como jefe de la policía de Sinaloa a un amigo suyo, el comandante Jesús Antonio Íñiguez, Chuy Toño, quien a su vez colocaba a comandos afines de la judicial en las zonas donde se movía El Mayo: El Salado, Costarica, El Dorado y Cruz de Elota.
El pago de nómina a policías, militares y políticos, ascendía a más de un millón de dólares al mes, por parte de los Zambada y los Guzmán Loera, a decir de lo relatado por El Vicentillo.