Por Ernesto Solís Reátiga.
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, ocurrido el 25 de noviembre del 2020 en Dique Luján, Argentina, entró en un laberinto que tiene entrada, pero no tiene salida, pero que sirve muy bien para que los maradorianos, que están en todo el mundo, revivan el pasado y ahora el presente de esa figura mundial.
Y es que hay dos procesos judiciales ahora mismo. Uno fechado para el 4 de junio para enjuiciar (con el sistema judicial oral a cargo de jueces) a la enfermera de emergencias Dahiana Gisela Madrid y a otros médicos, acusados de homicidio. El segundo estará a cargo de un tribunal popular de 48 jurados ciudadanos y una sede distinta a San Isidro Argentina. Es decir, son dos juicios legales.
Este juicio popular lo pidió la enfermera porque la versión de una agonía de 12 horas, por nula atención, se cambió ahora por una muerte rápida de paro cardiaco, a causa de su operación de cerebro del 3 de noviembre.
Pero la verdad de los hechos es que Maradona ya estaba tocado siete meses antes de su muerte. En abril de ese año, cuando cumplió sesenta años, tenía programado un homenaje en la cancha de La Bombonera de Buenos Aires, a la que acudió cargado por dos directivos. Un día antes se emborrachó tremendamente, según lo dijo Verónica Ojeda su expareja y madre de su hijo Dieguito.
Maradona, que en vida ganó 500 millones de dólares, no atendió el consejo médico de no acudir. Tenía un contrato de 7 mil 500 dólares por cada una de siete presentaciones.
En Sinaloa Diego también tuvo maradorianos pues aparte de dirigir a los Dorados de Sinaloa, encabezó una cena en Culiacán, en octubre de 2018 para recaudar fondos a beneficio de los damnificados por el huracán “Willa” y la tormenta tropical “19E”. Fue la “Cena con causa con Diego Maradona” en un restaurante de Culiacán, el exastro del futbol mundial convivió con 50 personas que pagaron 3 mil 500 pesos por la cena, además de recibir un balón autografiado por el entonces entrenador de Dorados de Culiacán.
Lo humano del argentino.
LA LIGA JAPAC Y SUS GRADAS POR MEDIO LLENARSE
El Chato Vázquez debuta con A discusión y Ronnier Mustelier juega con los Yankees en la Japac.
La noticia es buena para los que trabajan en levantar este torneo de béisbol, otrora poderoso por el impulso de los gerentes anteriores Manuel García Montoya, quien fundo la liga en 1976 y Jesús Higuera Laura, apasionado de este deporte que impulsó a varios jóvenes que llegaron al béisbol de Estados Unidos.
En esta ocasión participan, a duras penas, 6 equipos: JAPAC, Universidad Autónoma de Occidente, A Discusión, Nueva York, Rangers de Gapsa y Borregos de Monterrey.
Esta temporada, que fue inaugurada por Roberto Zazueta Félix, gerente de Japac, lleva el nombre de Cuauhtémoc “Temo” Ley Depraect, un “caballo” como jugador y entrenador amateur, que también se tomó un cafecito como profesional mexicano con los Diablos Rojos.
El Chato Vázquez, coach de bateo de Tomateros de Culiacán con 91 jonrones y 291 carreras impulsadas en su carrera, puede ser un imán para acudir al estadio, al igual que Ronnier Mustelier que se incorporó en esta segunda vuelta.
Se necesitará mucho trabajo para no que se haga realidad el temor de García Montoya de que el evento fenezca, pero por lo pronto “hay esfuerzos serios y amplia responsabilidad para continuar, según dijo Fernando Rubio, presidente del béisbol amateur en Sinaloa, quien prepara un Torneo Nacional Amateur para el 16 de mayo en Guamúchil.
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